Literatura

jueves, 7 de junio de 2012

Cho Seung-hui: la masacre de Virginia Tech



























Cho Seung-hui nació en Seul (Corea del Sur) el 18 de enero de 1984. Su familia vivía en un departamento alquilado, el sótano de un edificio. Cho Seung-hui tuvo un diagnostico de autismo a los ocho años de edad. Lim Bong, el casero de la familia en Corea, declaró a un periódico: "No sabía lo que el padre de Cho hacía para ganarse la vida. Pero ellos tenían una vida pobre. Hasta que emigraron, dijo que habían ido a Estados Unidos porque era difícil vivir aquí y que era mejor vivir en un lugar en el que nadie los conociera".

Era una persona solitaria que apenas hablaba o lo hacía con frases cortas. Carecía de amigos y se pasaba el tiempo solo, aislado. Demostraba muchos signos de violencia y comportamientos riesgosos. En una ocasión prendió fuego a su habitación mientras quemaba objetos en la papelera. Sus profesores y compañeros de clase afirmaron que sus trabajos escritos siempre llevaban un tono violento.

Seung-hui fue objeto de la burla de sus compañeros debido a su timidez y a la extraña manera en que hablaba. Stephanie Roberts, de 22 años, quien estudió con Cho en el colegio secundario Westfield High, dijo que sus amigos siempre se reían de él. “Había algunas personas que eran realmente mezquinas con él, que lo empujaban y se burlaban de él. No hablaba bien el inglés y ellos se burlaban.

Sus compañeros de habitación y otros estudiantes han dicho que insistía en que se le llamase "Question mark" (Signo de Interrogación). Una estudiante dijo que el primer día de una clase de literatura, se hizo circular una lista de estudiantes; en lugar de su nombre y apellido, Cho sólo puso el símbolo “?”. Sus compañeros de habitación también dijeron que una noche, tras tomar unas cervezas, confesó tener "una novia inventada que vivía en el espacio".


























Sus escritos fueron descritos como “perturbadores” por su “violencia macabra”, al grado que prendieron focos rojos en la entonces jefa del Departamento de Inglés, Lucinda Roy, quien llevó el caso a instancias superiores y decidió trabajar con él personalmente un semestre, aconsejándole ayuda psicológica profesional, la cual buscó aparentemente sin éxito. “Era un solitario”, dijo. Curiosamente, Seung-hui consiguió finalmente que una chica accediera a mantener una relación amorosa con él. Se trataba de Emily J. Hilscher, quien se hizo su novia.

El 1 de abril de 2007, Cho Seung-hui comenzó a planificar la que sería la peor masacre estudiantil en la historia de Estados Unidos hasta ese momento. El estudiante compró dos pistolas, una Glock calibre .9 milímetros y una Walther P22 calibre .22, en una tienda local de revólveres. Gustaba de tomarse fotografías con las armas, en posición amenazante. También adquirió ropa militar y la utilizaba en las imágenes. En otras ocasiones, posaba con un martillo, un cuchillo de supervivencia o con las dos pistolas, una en cada mano.

















Los días 2 y 13 de abril de 2007, Seung-hui hizo llamadas anónimas a la universidad, advirtiendo que había bombas que pronto estallarían. En ambas ocasiones, los alumnos fueron desalojados. El 15 de abril, se ofreció una recompensa de $5,000.00 dólares a quien facilitara el arresto del responsable de aquellas alertas. El problemático joven era un admirador de de Eric Harris y Dylan Klebold, los autores de la masacre de Columbine.

La mañana del 16 de abril de 2007, a las 07:15 horas, Seung-hui discutió con su novia por una supuesta infidelidad. Emily estaba harta y deseaba terminar la relación. El chico no accedía. La pelea creció de intensidad, hasta el punto que otro estudiante, Ryan Clark, trató de intervenir para mediar, pues la situación se tornaba violenta. Clark tenía veintidós años, cursaba un doctorado en Psicología, además de ser el delegado de los estudiantes de la residencia. Clark procedía de Martínez (Georgia) y además pertenecía al cuerpo de reserva del Ejército de la Universidad y a la banda de música del centro educativo. Furioso, Seung-hui extrajo su pistola y le disparó a Emily, matándola. Acto seguido, hizo lo mismo con Ryan Clark, quien murió de un disparo en el cuello. Dejó los cadáveres en su habitación y salió del lugar. El crimen ocurrió en los dormitorios de la residencia estudiantil West Ambler Johnston Hall, donde habitaban más de ochocientos alumnos. A las 07:19, una llamada al 911 informó sobre los disparos escuchados.

Se dirigió entonces a la oficina postal. Envió por correo un paquete al noticiero de la televisora NBC, el cual contenía imágenes de él empuñando armas y un video donde decía que iba a vengarse de los ricos. NBC dijo que el sello con la hora en que se recibió el paquete, indicaba que el material fue colocado en el correo en el lapso de dos horas entre el primer tiroteo en el dormitorio del edificio y el segundo ataque en los salones de clases. Redactó mal la dirección a la que iba dirigida, lo que provocó el retraso de su entrega. El remitente era “Ismail Ax”.

El paquete incluía 43 fotografías digitales de él sosteniendo armas y un manifiesto que “se expresa violentamente contra los ricos y advierte que desea vengarse”. La MSNBC indicó que el paquete incluía un CD-ROM con 27 archivos de video en formato QuickTime, en el que Cho leía su manifiesto, con 1,800 palabras y duración de diez minutos.

Seung-Hui regresó luego al Virginia Tech. Se vistió con sus ropas militares, cargó sus dos pistolas y municiones, su cuchillo y salió a desquitarse del mundo. A las 09:05, bloqueó con cadenas, desde adentro, tres entradas públicas al edificio universitario Norris Hall.

Las armas



Luego se metió a uno de los salones de clases del edificio de la carrera de ingeniería, ubicado a unos seiscientos metros del complejo de habitaciones. Sacó sus pistolas y comenzó a disparar contra los alumnos.

Disparó más de 170 balazos en nueve minutos. En un video grabado por un estudiante se escuchan 27 tiros en apenas un minuto. Para escapar del atacante, algunos estudiantes optaron por tirarse desde las ventanas de los edificios.

Una joven llamada Tina Harrison estaba tomando una prueba en Norris Hall cuando comenzaron los tiros. “Escuchamos gritos horribles, gritos de agonía, y después una suerte de risa maníaca en los primeros minutos en los que fueron disparados los tiros”, contó al canal de noticias CNN.

Sesenta y un personas recibieron disparos. Treinta y dos de ellas murieron. Las otras quedaron gravemente heridas. A las 09:26, varios correos electrónicos informaban sobre el tiroteo. Cho Seung-hui se suicidó con un disparo en la cabeza en medio del aula, rodeado por los cadáveres de sus víctimas, en medio de los charcos de sangre de los heridos, los gritos, los llantos, el dolor.







Regina Rohde estudiaba en Columbine cuando sus compañeros Eric Harris y Dylan Klebold perpetraron el ataque que cobró las vidas de estudiantes y maestros. La joven estaba en la cafetería, donde se produjeron gran parte de los disparos, y logró huir del edificio. Asustada y después de recibir tratamiento psiquiátrico, decidió irse a estudiar en Virginia Tech. Poco después de su llegada, el estudiante Cho Seung-Hui perpetró su matanza y a ella le tocó, nuevamente, estar en medio del fuego.



Regina Rohde


Una nota encontrada cerca de los restos del asesino dio más pistas. La nota aludía a una amenaza de bomba a la misma escuela de ingeniería. El texto hablaba de la “degradación” moral, despotricaba contra los “chicos ricos” del campus e incluía una frase lapidaria: “Ustedes me obligaron a hacer esto”.

“Tuvieron millones de oportunidades y maneras de haber evitado lo de hoy, pero decidieron derramar mi sangre. Me acorralaron y me dieron sólo una opción, la decisión fue de ustedes. Ahora ustedes tienen sangre en sus manos, que no se podrán lavar. Ustedes, desgraciados, han vandalizado mi corazón, violado mi alma e incendiado mi conciencia. Pensaron que era la vida de un muchacho patético la que estaban extinguiendo.

“Ustedes no han pensado en el dolor ni siquiera una sola vez en toda su vida. Ustedes han rechazado la miseria de sus vidas porque pueden, sólo porque pueden. Tenían todo lo que querían... sus Mercedes no eran suficiente, sus collares de oro no eran suficiente, sus ahorros no eran suficiente, su vodka y coñac no eran suficiente... Eso no era bastante para realizar sus necesidades hedonistas.


Cho Seung-hui se convirtió de inmediato en un símbolo del asesino en masa que ataca un centro escolar, liberando sus frustraciones y mostrando su obsesión con la parafernalia militarista. La masacre del Virginia Tech sería la peor ocurrida hasta ese momento en Estados Unidos y una de las más conocidas, debido a la presencia de los medios.

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