En 1998 Joshua
Philips de 14 años asesino a su vecina Maddie Clifton de 8 años, el la golpeo con un bate de béisbol
luego la estrangulo con un cable de teléfono durante unos 15 minutos. Poco
después, él la volvió a golpear con el bate de béisbol y la apuñaló 11 veces.
Después oculto su cuerpo debajo de la cama de agua.
La policía
suspendió la búsqueda de Maddie, pero persistió la comunidad, incluyendo a más
de 400 voluntarios. Una recompensa fue ofrecida, que inicialmente era de $
50.000, pero se duplicó después. Uno de los voluntarios era Phillips.
Maddie Clifton
Su madre fue a
limpiar su habitación una mañana después de que Phillips se fuera a la escuela.
La señora Phillips se dio cuenta de que había un charco junto a la cama de agua
de su hijo, y pensó que habría una fuga. Mientras investigaba alrededor
buscando un agujero, encontró unas cuantas bandas de cinta aislante uniendo una
rotura. Lo primero que pensó fue que su hijo la habría roto y no quería meterse
en problemas. Empezó a quitar cinta aislante y descubrió que detrás había una
toalla enrollada, y al quitarla sintió algo más detrás. Ahí fue cuando
descubrió el cuerpo sin vida de Maddie Clifton que llevaba desaparecida 7 días. La gente del
barrio, especialmente los padres del niño, apenas podían creer que aquel chico
había matado a Clifton incluso se unió como voluntario en la búsqueda de la
niña desaparecida.
El chico fue detenido y dio su versión de lo que había ocurrido. Contó
que estaba jugando con Maddie en el patio de su casa, que le pegó un pelotazo
en el ojo y la nena empezó a llorar a los gritos. El adolescente dijo que en
ese momento entró en pánico por miedo a que su padre lo castigara. Y que, en
medio de un gran desesperación, metió a la nena en su dormitorio y la golpeó en
la cabeza con un bate. La apuñaló en el pecho y en el cuello y la escondió
debajo del colchón. Fue al baño a lavarse y escuchó que la víctima seguía
gimiendo. Entonces volvió a apuñalarla. La autopsia reveló que la nena recibió,
en total, once puñaladas, nueve en el pecho y dos en el cuello. El cadáver fue
hallado en ese mismo lugar, una semana después, por la madre del adolescente,
Melissa Phillips. La mujer, aterrorizada, enseguida llamó a la policía. El
abogado que defendió al chico durante el juicio, Richard Nichols, intentó
demostrar que no se había tratado de un asesinato premeditado y que el pánico
que le provocó el accidente del pelotazo en el ojo lo volvió incontrolable, más
allá de su voluntad. Para el abogado, el chico fue víctima de una horrible
historia como las de Stephen King, el famoso escritor de relatos de horror. El
defensor sostuvo durante el juicio que el chico había actuado en una situación
emocional límite y que no tuvo intención de matar. Y pugnó para que su
defendido fuera condenado por homicido preterintencional, que tiene un pena
menor que el asesinato en primer grado.
El fiscal Harry Shorstein afirmó que la historia que relató el acusado es inverosímil. No había sangre en la pelota ni en el patio y ni siquiera había tierra en el cuerpo o la ropa de Maddie, aseguró.Y atribuyó el caso a motivos sexuales. Dijo que el cuerpo apareció sin pantalones ni ropa interior y que el adolescente había tenido charlas sobre sexo con la víctima y su hermana Shorstein descreyó de la teoría del pánico y sostiene que el crimen no merece ningún atenuante. Fue simplemente un brutal asesinato en primer grado, resumió el fiscal.
El fiscal Harry Shorstein afirmó que la historia que relató el acusado es inverosímil. No había sangre en la pelota ni en el patio y ni siquiera había tierra en el cuerpo o la ropa de Maddie, aseguró.Y atribuyó el caso a motivos sexuales. Dijo que el cuerpo apareció sin pantalones ni ropa interior y que el adolescente había tenido charlas sobre sexo con la víctima y su hermana Shorstein descreyó de la teoría del pánico y sostiene que el crimen no merece ningún atenuante. Fue simplemente un brutal asesinato en primer grado, resumió el fiscal.
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