Dennis L. Rader, el hombre que se convertiría en el “Asesino BTK”, nació el 9 de marzo de 1945. Fue jefe de grupo de los Boy Scouts. Dennis disfrutaba fantasear con escenas de tortura y muerte, aunque en su vida social era un chico tímido e introvertido. También sufría una discapacidad de aprendizaje que lo hizo un alumno mediocre y de lento aprendizaje. Descargaba sus frustraciones y obtenía placer torturando animales, como perros, gatos y roedores.
Dennis en el ejercito |
Compraba ropa especial para cometer los crímenes, que después tiraba, y solía llevar una bolsa de boliche en la que guardaba su kit de asesinato con cuerdas, bolsas y esposas.
El primer asesinato se produjo el 15 de enero de 1974. Su carrera criminal comenzó con el asesinato de cuatro miembros de la familia Otero. Según su declaración judicial, había seleccionado previamente su objetivo.
Había estado fantaseando sobre lo que le haría a Julie Otero o a su hija Josephine y, finalmente, a las 7:30 horas de la mañana, cortó la línea telefónica y entró en el domicilio familiar por la puerta trasera. Les apuntó con una pistola y "para tranquilizarles", dijo que era un fugitivo y que sólo pretendía comer y huir con su coche.
Ató de pies y manos a los cuatro miembros de la familia que se encontraban en el domicilio. "Empezaron a quejarse" y el asesino le puso una almohada en la cabeza al padre "para que estuviera lo más cómodo posible", porque tenía una costilla rota de un accidente, según BTK. Después le puso una bolsa de plástico en la cabeza, atada con cuerdas, para asfixiarle.
El joven Charlie Otero había vuelto a su casa del colegio y se había encontrado a su padre y a su madre muertos en su habitación. Los vecinos llamaron a la policía. Ésta descubrió al padre de Charlie, Joseph, atado con la cuerda de una persiana veneciana, tendido boca abajo en el dormitorio. La madre, Julie, estaba atada de manera similar, acostada en la cama.
Mientras los agentes seguían registrando la casa, encontraron al hermano de nueve años de Charlie, Joseph Otero II, muerto en su cuarto, atado de manera similar y con una bolsa de plástico en la cabeza. Posteriormente encontraron a Josephine Otero, de once años de edad, colgada del techo del sótano. Todas las víctimas habían sido estranguladas con cuerda usada en la fabricación de persianas venecianas. Parecía evidente que el asesino había llevado consigo la cuerda
BTK llamó a la línea telefónica que había abierto un periódico que entonces se llamaba Wichita Eagle-Beacon. Comunicó que obtendrían más información sobre el caso Otero si recuperaban una carta colocada en un libro de texto de ingeniería que estaba en los estantes de la Biblioteca Pública de Wichita. Así se hizo rápidamente.
La carta empezaba con las palabras EL CASO OTERO escritas en mayúsculas. El autor de la carta no sólo se proclamaba autor de los asesinatos sino que incluía una explicación confusa del móvil. Ésta sería la carta que dio al asesino el nombre de “BTK”, debido a sus explicaciones:
“Los tres individuos que tienen detenidos sólo hablan de los crímenes de los Otero para hacerse publicidad. No saben nada de nada. Lo hice yo solo y nadie me ayudó. Tampoco lo he contado... que quede claro."
“PD: Puesto que los criminales sexuales no cambian su modus operandi ni pueden hacerlo porque así es su naturaleza, yo no cambiaré el mío. Las palabras clave para mí serán... Átalos, Tortúralos, Mátalos, BTK; ustedes lo verán de nuevo. Estará en la siguiente víctima”.
Su firma |
Tres años más tarde, en marzo de 1977, BTK regresó. En esta ocasión, entró en casa de Shirley Vian. Ésta, según sus hijos, no se encontraba bien y el 17 de marzo dos de ellos se quedaron en casa en lugar de ir al colegio. Hacia mediodía, un hombre llamó a la puerta y se abrió paso a la fuerza. Esgrimiendo un arma, encerró a los niños en el cuarto de baño. Los niños consiguieron salir pero encontraron a su madre muerta, atada de pies y manos en la cama con una bolsa de plástico en la cabeza.
Al principio, hubo ciertas dudas sobre si BTK había cometido el asesinato de Vian. No había hecho daño a los niños y había robado de la casa dos giros postales. Sin embargo, todas las dudas se desvanecieron cuando el periódico Wichita Eagle-Beacon recibió por correo una pequeña ficha con un poema que empezaba diciendo: “RICITOS DE SHIRLEY, RICITOS DE SHIRLEY, MARCHÍTENSE PERO SEAN MÍOS”.
Más adelante, explicaba lo que había pasado con los niños:
“Tuvieron suerte, una llamada telefónica los salvó. Iba a atarlos y a ponerles bolsas de plástico en la cabeza como hice con Joseph y Shirley, y después iba a colgar a la niña. ¡Oh, Dios mío, qué bonito alivio sexual habría sido…!”
El aviso del siguiente asesinato lo mandó el mismo BTK. El 9 de diciembre de 1977, llamó desde una cabina telefónica situada a seis manzanas de la comisaría de policía. Dijo al agente que tomaba nota de las llamadas una dirección y añadió:“Nancy Fox. Encontrarán un homicidio”.
Encontraron a Nancy Fox en su casa, muerta, parcialmente desnuda. La habían estrangulado con una media de nylon. La policía no relacionó el asesinato con BTK hasta que la cadena local Channel 10 recibió una carta suya: motivado por la indiferencia de los medios, envió la carta a la cadena de televisión local. En este comunicado decía que sus actos estaban motivados por un demonio unido al "Factor X" y se comparaba con Jack el Destripador, el Estrangulador de Hillside y el Hijo de Sam.
BTK concluía:
"¿A cuántos tengo que matar antes de ver mi nombre en el periódico o algo de atención a nivel nacional? Después de una cosa como la de Fox, vuelvo a casa y sigo mi vida como los demás. Y así haré hasta que vuelva a entrarme el gusanito. Siento que esto le pase a la sociedad. Ellos son los que más sufren. Me cuesta controlarme. Cuando este monstruo entra en mi cerebro, no sé. Quizás ustedes puedan pararle. Yo no puedo. Él ya ha escogido a su próxima víctima".
En diciembre de 1987, Mary Fager encontró a su marido muerto de dos disparos y a sus dos hijas estranguladas en la bañera de su casa. Los medios de comunicación sugirieron que BTK podía ser el responsable de estos asesinatos, y el asesino en serie envió una carta a Mary en la que le decía que se alegraba de las muertes, pero que él no lo había hecho.
En cuanto a BTK, volvió a desaparecer, o en eso confiaban los ciudadanos de Wichita. Tras un largo intervalo, reapareció. En marzo de 2004, el periódico The Wichita Eagle recibió un sobre con el nombre de “Bill Thomas Killman” como remitente. Contenía una carta de una sola página junto con fotocopias del carné de conducir y de tres fotografías de un cadáver.
El carné pertenecía a una mujer llamada Vicky Wegerle. El 16 de septiembre de 1986, el marido de Wegerle llegó a casa a comer y encontró su cadáver. Tenía las manos y los pies atados y la habían estrangulado. Las tres fotografías fotocopiadas mostraban el cadáver de la víctima en distintas posturas para cada foto. Dieciocho años después, BTK reivindicaba el asesinato.
Según el perfil elaborado por Robert K. Ressler, “El Cazador de Monstruos”, para el FBI, BTK era un estudiante universitario o profesor de Derecho en Kansas y un lector ávido de libros y noticias sobre asesinos en serie. Y en marzo de 2004, el investigador Maurice Godwin desarrolló un perfil geográfico de BTK. Después lo entrevistaron varias emisoras de televisión de la zona de Wichita.
Treinta años después de sus cartas, por fin se cumplió su deseo de publicidad. Desde marzo de 2004 todas las agencias de noticias de Estados Unidos hablaron de él. Fue el tema de conversación y especulación en incontables foros de Internet. Si se introducía en Google «BTK Killer» se obtenían más de 5,000 resultados. El 29 de mayo recibió uno de los mayores honores que cualquier criminal entusiasta de la publicidad puede esperar: su perfil apareció en el programa de televisión Americas Most Wanted.
El 25 de febrero de 2005 la policía detuvo a Dennis L. Rader, de sesenta años de edad. Rader trabajó durante años en ADT Alarm, empresa situada en N. Washington Street, Wichita. La policía detuvo a Rader treinta y un años después de su primer asesinato.
Hasta entonces los investigadores creían que Nancy Fox, asesinada en diciembre de 1977, había sido la última víctima de BTK y pensaban que el asesino había dejado de matar por alguna circunstancia. Poco antes de que se revelara su identidad le habían dado un cargo directivo en la congregación luterana a la que pertenecía. Estaba casado, tenía dos hijos y era funcionario. Con los años, Dennis había perdido confianza en su fuerza física. Dejó de matar por temor a ya no poder dominar físicamente a sus víctimas. Sin embargo, necesitado de la emoción del crimen, comenzó a vigilar a una mesera del restaurante donde desayunaba. Las autoridades suponían que BTK estaba muerto; y un investigador llamado Robert Beattie empezó a escribir un libro sobre el criminal. BTK no quería que nadie más escribiese su historia, así que cometió un error fatal: dejó varias cajas de cereales con “recuerdos” de sus víctimas, una de ellas en la tienda de herramientas Home Depot, donde una cámara de vigilancia grabó su camioneta. Después envió a la policía un diskette con archivos de texto. Ellos revisaron la unidad de almacenamiento y detectaron que había sido grabado en un equipo de cómputo perteneciente a la Iglesia Luterana de Cristo de Wichita, de la que BTK era presidente del Consejo Parroquial. Allí obtuvieron su nombre y después le hicieron pruebas de ADN. Dio positivo.
Detective Sam Houston muestra una mascara usada en los crimenes |
Después de que el asesino BTK Dennis Rader fue arrestado el 25 de febrero de 2005, la policía descubrió los escondites de los escritos, fotografías, obras de arte y otros artículos variados que había mantenido en los últimos años relacionados con sus crímenes. Él tenía un fetiche bondage disfrutaba usando la ropa interior de sus víctimas femeninas muertas. Le gustaba atarse a sí mismo en todo tipo de formas. El uso de diversos mecanismos que era capaz de fotografiar con una cámara Polaroid. Durante sus años como líder de Boy Scouts de tropas, casi se quedó atrapado una vez cuando no pudo escapar de sus propios nudos tras amarrarse a sí mismo dentro de una camioneta durante una excursión scout. Con mucho esfuerzo se suelta
Fue condenado en septiembre de 2005 a diez cadenas perpetuas consecutivas, sin posibilidad de libertad condicional durante más de cuarenta años (aunque hay pena de muerte en Kansas, no se puede aplicar a crímenes cometidos antes de 1994, la fecha de su entrada en vigor). Recurrió la sentencia, pero le fue negada. Estará en prisión hasta que muera.
Basado en su caso, Thomas Harris creó a Francis Dolarhyde, el asesino de familias que protagoniza la novela El Dragón Rojo, de la cual después se hizo una película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario