Friedrich
"Fritz" Heindrich Karl Haarmann ,
conocido como el carnicero o como el Vampiro de Hannover, nació en dicha ciudad
alemana. Provenía de una familia desestructurada: sus padres eran alcohólicos y
protagonizaban escandalosos enfrentamientos que llegaban a la agresión física.
La madre de Haarmann trataba a su hijo como si fuera una niña y le llegó a
vestir con ropa femenina. Esto encolerizaba a su padre, que le golpeaba con
saña cuando lo veía de esta forma. Este ambiente provocó que sus hermanas
abandonaran pronto el hogar familiar luego acabaron siendo prostitutas. Sus
víctimas siempre fueron adolescentes varones por sus tendencias homosexuales.
Hannover |
Con 17 años, Haarmann fue
fichado por la Policía
por abusar sexualmente a adolescentes. En 1918 salió de un correccional tras
cumplir una condena de cinco años. A partir de entonces, frente al imperio
desmoronado, el embrutecimiento general causado por la guerra y el caos
derivado de esta situación, un maleante de poca monta
como Haarmann se convirtió en el temido hombre lobo Haarmann.
Puso una taberna de baja categoría, donde vendía carne e información secreta
que le aportaba dinero extra. Sin embargo, no fue hasta 1919, cuando contaba
con 40 años, cuando comete su primer crimen. Su víctima fue Friedel Rothe.
El modus operandi de este
psicópata, considerado en vida como uno de los mayores asesinos en serie de la
historia, era siempre el mismo. Acudía a la estación de autobuses de Hannover,
donde había decenas de chicos esperando trabajo. Allí les engañaba
prometiéndoles trabajo y comida. Los llevaba, de uno en uno, a una buhardilla
que tenía en el barrio de Neustrasse, a espaldas del río Leine. Allí, según su
propia confesión, los violaba y, de un mordisco, les seccionaba la carótida y
la tráquea. Todo este macabro ritual lo llevaba a cabo con su amante, Hans
Grans a quién conoció en 1919, le ayudaba a vender a bajo precio la ropa y los
objetos de valor de sus víctimas
Según palabras del propio
Haarmann, un día Grans le llamó la atención sobre una posible víctima potencial
por “motivos de negocios”, pero él declinó su proposición alegando que no lo
excitaba sexualmente. Al parecer, Grans replicó: “eso se puede hacer más fácilmente
con alguien que no se ama”; Haarmann respondió: “Eso no es así. Se hace más
fácilmente con alguien que se ama”. Que el amor y la muerte están estrechamente
ligados y que el punto más alto del éxtasis a menudo sólo puede culminarse con
la muerte es una idea antigua de la humanidad inmortalidad en los mitos.
El 17 de mayo de 1924 unos
niños localizaron una calavera en el río. Las autoridades ordenaron el dragado
de éste y encontraron numerosos restos óseos.
De los veintisiete
asesinatos que se le imputaron a Haarmann, todos muchachos entre 12 y 18
años, pudo probarse su culpabilidad en veinticuatro, cometidos entre 1918 y
1924. En estado de vesania sexual mordía a las víctimas en la garganta y bebía
su sangre. Descuartizaba los cadáveres, separando escrupulosamente la carne de
los huesos. Lo más curioso del caso es que podía gozar de sus perversiones
prácticamente en público. Ni la estación central, ni su vivienda en el
concurrido casco antiguo de Hannover donde consumaba sus
carnicerías, eran lugares solitarios. Además practicaba un deplorable comercio
con la ropa de los asesinados, y como se puede suponer, también con su carne.
En ocasiones los clientes del local comían, sin saberlo, parte de la carne de las
víctimas que Haarmann les
servía con una cerveza. Esto último fue desmentido en el interrogatorio ante el
tribunal, pero nunca pudo esclarecerse de dónde sacaba la carne que vendía a
precio de saldo y que con toda probabilidad salía de su propia despensa.
Casa de Haarmann
Entre las veinticuatro
víctimas que Fritz Haarmann mató a dentelladas, sin duda se encontraban
algunos muchachos con una complexión similar o incluso algo superior a la de su
asesino. Pero, a pesar de ello, no se encontró el menor indicio de que hubieran
opuesto una clara resistencia. Esta circunstancia no sólo se explica aludiendo
a un supuesto ataque por sorpresa del atacante, sino también en parte el hecho
de que éste consiguiera paralizar a la víctima mediante alguna forma de hipnosis.
Después de todo, es el método con el que trabaja cualquier seductor. Se dice que
unos quinientos homosexuales de Hannover –fascinados por la
personalidad del Vampiro –aguardaban ansiosos el momento de ejecutar sus
órdenes.
Capturado
En el juicio
El cerco se fue
estrechando en torno al asesino y el 22 de junio de 1924 fue detenido. Haarmann
confesó sus crímenes. Admitió haber matado y practicado canibalismo con unos
cuarenta niños. El 15 de abril de 1925 fue decapitado por orden del juez. El
carnicero de Hannover no pidió clemencia aunque insistió en que un ser
desconocido tomaba posesión de su cuerpo y le incitaba a matar, Él esperaba con
impaciencia “la cuerda”, lo cual corrobora que, para él, la sed de vida
extática y el instinto de muerte estaban estrechamente ligados. su última voluntad fue que se escribiera en su
lapida: "aquí yace el exterminador". Su compañero de tropelías, Hans
Grans, fue condenado a cadena perpetua, pero se le conmutó por 12 años de
cárcel.
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