Aileen Carol Wuornos nació en Rochester, Michigan, el 29 de febrero de 1956. Hija de padres adolescentes que se separaron meses antes de su nacimiento, Aileen quedó al cuidado de su madre, Diane, al igual que su hermano mayor Keith. Pero la joven madre fue incapaz de criar a la niña. Aileen fue abandonada cuando era niña, en marzo de 1960. Nunca conoció a su padre, un pedófilo alcohólico. Su madre dejó a sus hijos en manos de los abuelos, Lauri y Britta Wuornos. Su abuela sufría un severo problema de alcoholismo y era una mujer muy violenta. Su abuelo empezó a abusar de ella sexualmente.
A los seis años de edad, en 1962, Aileen sufre severas quemaduras en el rostro cuando jugaba junto a su hermano y nueve años más tarde, queda embarazada de un padre que permaneció sin identificar, entregando a su hijo recién nacido a un hogar de Detroit.
En esos mismos días, Aileen y su hermano dejaron la casa de los abuelos. Ella comenzó a viajar por todo el país e incapaz de mantenerse, empezó a trabajar en la calle como prostituta. Sus clientes la maltrataban frecuentemente: recibió abusos y golpizas de parte de sus clientes. Sus hermanos también le dieron la espalda.
En 1974, usando el alias de “Sandra Ketsch”, Aileen Wuornos fue encarcelada en Colorado por conducta impropia, conducir ebria y disparar una pistola calibre .22 desde un vehículo en movimiento.
Para 1976, de vuelta en Michigan, Aileen fue arrestada en Antrim County por golpear la cabeza de un barman con una bola de billar. Pocos días después, su hermano Keith murió de cáncer en la garganta y Aileen heredó los $10,000.00 dólares de su seguro de vida. Con el dinero, se compró un auto nuevo y viajó a Florida en busca de una vida mejor.
En 1981 Aileen cayó de nuevo en la cárcel, esta vez en Edgewater, Florida, por robar a mano armada una tienda. Salió de prisión trece meses más tarde, en junio de 1983. Siguieron detenciones por conducir sin licencia, robar un automóvil, resistirse al arresto, obstruir a la justicia y amenazar a un hombre con una pistola calibre .22 para robarle 200 dólares.
A finales de 1986, en un bar de Daytona, Aileen Wuornos conoció a quien sería el amor de su vida: Tyria Jolenne Moore, una jovencita desubicada que la sedujo. Se enamoró de ella inmediatamente, creyendo que aliviaría su soledad y no la rechazaría como habían hecho los hombres, incluido su padre.
Aileen quería tener un animalillo doméstico y mimaba a “Ty”, como la llamaba, disfrutando del poder que ejercía sobre su joven amiga. Ambas se hicieron amantes; su relación fue siempre tormentosa.
Tyria Jolenne Moore |
Aileen, una empedernida delincuente, sólo tenía un medio de conseguir el lujo que ansiaba proporcionar a Ty, y era el robo. Iba a combinar su inclinación al delito, su amor por Ty y su odio a los hombres, en un brebaje letal que diera satisfacción a sus apetitos emocionales. “Voy a desquitarme de este mundo podrido de los hombres”, dijo jactándose a Cannonball, el tabernero de “El último recurso”, un bar para motociclistas e integrantes de la pandilla “Ángeles del Infierno” que siempre frecuentaba.
Por esa época la bautizaron como "La Mujer Araña", por su afición a vestirse con prendas de cuero negro y su odio a los hombres. El barman, un hombretón de casi dos metros, tenía la misma opinión sobre la Mujer Araña. “Yo sabía desde el principio que odiaba a los chicos. Aunque eso era asunto suyo. Tenía una boca terriblemente sucia, pero no le hacíamos caso”.
De ahí en adelante las andanzas delincuentes de la pareja se multiplicaron con rapidez. Aileen recurrió a varios nombres falsos y junto a Tyria sumaron incidentes de todo tipo con la policía, desde conducir sin licencia hasta amenazas telefónicas a empleados de supermercado.
Para 1989, Aileen Wuornos era una mujer de carácter agresivo y fácilmente irritable, que viajaba siempre con una pistola en su bolso y que trabajaba en forma esporádica en bares y paradas de camiones.
El 30 de noviembre de ese año, un electricista de 51 años de nombre Richard Mallory, conocido por su afición al alcohol y a las mujeres, fue visto con vida por última vez. Al día siguiente su coche fue encontrado junto a su billetera, documentos personales, una botella vacía de vodka y varios condones. Fue hallado en los bosques cercanos a Daytona Bech con tres disparos en el pecho efectuados por una pistola calibre .22.
El caso se archivó y permaneció sin novedades hasta el 1 de junio de 1990, cuando un hombre desnudo fue hallado muerto cerca de Tampa, con seis disparos de una pistola calibre .22. Cuando la policía lo identificó como David Spears, de 43 años de edad, ya había aparecido un tercer cuerpo desnudo de un hombre de 40 años asesinado con nueve tiros de un arma del mismo calibre.
La cuarta víctima se llamaba Peter Siems y era un hombre de 65 años, que fue visto por última vez cuando salió de su casa en Florida para ir a visitar a unos parientes en Arkansas. Su coche aparecería un mes más tarde, chocado y abandonado. Testigos contaron a la policía que a bordo del auto iban dos mujeres, una rubia y otra de pelo castaño oscuro, y entregaron información para realizar un retrato hablado. La mujer rubia iba herida, y una huella de su mano ensangrentada quedó grabada en el auto.
Un año después, otros seis cuerpos asesinados en forma similar fueron descubiertos. Todas las víctimas eran hombres de mediana edad que aparecieron muertos cerca de alguna ruta o camino. Todos habían sido robados y asesinados con una pistola calibre .22 y cerca siempre había preservativos.
Aileen siempre llevaba a sus víctimas a un sitio despoblado, los amenazaba con un arma, los obligaba a hincarse frente a ella, los goleaba hasta que ellos terminaban llorando y suplicando por sus vidas, y después los asesinaba dándoles nueve tiros.
No pasó mucho tiempo antes que diversos testigos reconocieran en ellos a Tyria J. Moore, de 28 años de edad, y a Aileen Wuornos, de 34. Ambas vivían a la deriva en diversas localidades del estado de Florida y seguían siendo amantes.
Mientras, para obtener algo de dinero, Aileen seguía vendiendo los objetos de valor que había robado a sus víctimas. Fue así como el 6 de diciembre vendió la cámara y el detector de radar de Richard Mallory en Daytona, y partió a Ormond Beach a vender una caja de herramientas que pertenecía a Spears.
Poco después de abandonar el coche en el condado de Marion, Tyria Moore dejó a Aileen para irse a vivir a Pennsylvania. El malhumor de Aileen aumentó, bebía más que nunca y rondaba sola por las autopistas. Sin embargo, aún no se había enterado de la última faena de su antigua amante ni sufrido su más amarga decepción.
En enero de 1991, la policía buscó a Tyria y la acusó de robo de un coche. Asustada por este contacto con las autoridades, decidió entregar a su ex amante. Se desmoronó y dio a conocer una historia terrible a la policía. Declaró que Aileen Wuornos la había arrastrado al crimen, que había asesinado a varios hombres y los había despojado para comprarle a ella valiosos regalos con el botín. Mostró las alhajas que, afirmaba, Aileen había sustraído a sus víctimas y condujo a la policía al lugar que su ex amante usaba para guardar sus pertenencias, donde aparecieron más objetos propiedad de las personas asesinadas.
La policía encontró a Aileen Wuornos en el exterior del bar “El último recurso”. Se había metido a dormir en un coche aparcado y estaba absolutamente ebria. Creyó que la detenían por un delito cometido cinco años atrás con un arma de fuego. Se la llevaron para interrogarla.
“La Mujer Araña” parecía satisfecha de explicar a la policía su modus operandi. Les explicó que no quería separarse de Ty. Se hacían pasar por autoestopistas, entonces ella convencía a la víctima para que mantuvieran relaciones sexuales, indicándole que condujera hacia un lugar solitario. Allí lo mataba, le despojaba del dinero y las joyas y salía huyendo con el coche.
En algunas ocasiones, Aileen disponía de un vehículo para buscar a su presa y en este caso simulaba haber sufrido una avería, encendiendo una luz para atraer a un conductor de paso. Y de nuevo usaba el sexo para hacerle caer en su trampa mortal.
Aileen Wuornos no llegó a explicar el significado de los nueve balazos o de la envoltura del anticonceptivo que entregaba a cada víctima. Mientras estaba detenida en espera del juicio, el oficial que la arrestó, el capitán Steve Binegar, dio su propia versión sobre tal comportamiento: “Cuando acechaba a una víctima por aquellas carreteras solitarias, realmente buscaba a su padre. Cuando disparaba una bala tras otra sobre aquellos pobres hombres, estaba matando a su padre una y otra vez”.
Antes de que terminase el juicio, ella y su abogado vendieron los derechos cinematográficos sobre su vida. La película resultante se estrenaría mucho tiempo después, protagonizada por Charlize Theron, bajo el título de Monster. La actriz obtendría el Óscar a la Mejor Actriz por ese papel.
Charlize Theron |
Los amigos motoristas de su edad se quedaron atónitos al saber que “La Mujer Araña” era una asesina en serie. Uno de ellos, hablando en nombre de todos, dijo:
“Es espantoso, cualquiera de esos hombres pudo haber sido uno de nosotros y nunca nos habríamos imaginado quién era el culpable. Aunque yo creo que no habría ido a matar a un motorista. Nos consideraba sus camaradas o algo así. Es un alma perdida como casi todos nosotros”.
El 27 de enero de 1992, un jurado declaró a Aileen Wuornos culpable de homicidio en primer grado y recomendó la pena de muerte. El 30 de enero de 1992, fue sentenciada a morir ejecutada.
Su caso atrajo la atención de numerosos grupos de activistas contra la pena de muerte, que hasta el día de la ejecución se congregaron en los alrededores de la prisión estatal de Starke, al norte del estado de Florida. Ellos dijeron a los medios de prensa que Aileen Wournos no debía haber sido ejecutada porque "estaba loca". Según los activistas, una persona en ese estado mental debería ser internada en un establecimiento psiquiátrico de por vida, pero no ser sometida a la pena de muerte.
Sin embargo, en las postrimerías de su juicio Aileen declaró: "Me corre tanto odio por las venas que si me dejan viva, aunque sea cumpliendo cadena perpetua, mataré otra vez". Pidió al juez que "no malgastara el dinero de los contribuyentes".
Luego despidió a sus abogados y retiró todas las apelaciones de su condena. Los tres psiquiatras enviados por el gobernador Jeb Bush en vísperas de la ejecución determinaron que era "competente para ser ejecutada", que Wuornos entendía el por qué y el resultado.
La pena se cumplió el miércoles 9 de octubre de 2002, a la 9:47 de la mañana. Fue ejecutada en la Prisión Estatal de Florida. Su ejecución se llevó a cabo por medio de inyección letal, un cocktail que contenía pentotal sódico, bromuro y cloruro de potasio.
Wuornos se convertía así en la segunda mujer ejecutada en Florida desde que se restableció la pena de muerte en Estados Unidos en 1976. La primera fue Judy Buenano, en 1998, por envenenar a su marido.
El productor cinematográfico Nick Broomfield, quien realizó un documental sobre Wuornos en 1993 y que la entrevistó días antes de la ejecución se encontraba entre ellos y corroboró esos argumentos. "Mi conclusión, después de haber estado con ella el martes, es que se ha ejecutado a una persona que estaba completamente loca".
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