Literatura

lunes, 14 de mayo de 2012

Herbert William Mullin, El asesino de Santa Cruz





John Linley Frazier, responsable de cinco muertes en octubre de 1970, en la localidad de Santa Cruz, California. Decía que le hablaba Dios y que iba a liberar el planeta de los humanos que no cuidasen el medio ambiente. Pues bien, curiosamente, en aquella misma localidad, Santa Cruz, otro psicópata, Herbert William Mullin, asesinó, entre octubre de 1972 y febrero de 1973, a trece personas. Veamos quien fue. Y veremos también porque esta ciudad se convirtió, según las palabras de su Fiscal Jefe, en la “Capital mundial del crimen”. Herbert Mullin nació en Salinas (California) el 18 de Abril de 1947. Tenía una relación con su padre que puede considerarse como buena, ya que aunque era un hombre bastante estricto no tenía un carácter excesivamente dominador. Durante su juventud fue un chico bastante popular y terminó sus estudios en el instituto.


Esta vida aparentemente normal dió un brusco giro a partir del año 1969. En ese año, el mejor amigo de Herbert murió en un accidente de coche, y eso lo traumatizó profundamente. Como comenzó a comportarse de modo extraño en él, su familia decidió ingresarlo en una clínica psiquiátrica, aunque pronto se iría de allí.
Intentó meterse en un seminario para convertirse en sacerdote (hay que señalar que jamás había tenido inclinaciones religiosas), cosa que no logró. Su familia le sorprendió en varias ocasiones gritandole a gente con la que no estaba, golpeando todo lo que encontraba a su paso, etc. Posteriormente,
el experto en perfiles de asesinos del FBI Robert K. Ressler declararía que Herbert tenía esquizofrenia paranoide, que ya se empezó a manifestar en su último año de instituto y que probablemente se viese potenciada por la afición del joven al LSD y a las anfetaminas.



El 13 de Octubre de 1972, un vagabundo de 55 años se encontraba haciendo autoestop. Herbert lo recogió y, con la excusa de que le ayudase a mirar qué producía un estraño ruido en el motor, lo convención para bajar. Una vez fuera del coche, lo golpeó con un bate de beisbol hasta matarlo. Más tarde diría que este hombre era el Jonás de la Biblia reencarnado, que le había dicho telepáticamente:

“Agárrame y tírame fuera del barco. Mátame para que otros se salven”

Mary Guilfoyle era una joven de 24 años que estaba haciendo autoestop el 24 de Octubre cuando Herbert la recogió. Una vez en el coche, Herbert la empezó a apuñalar mientras estaba conduciendo. Posteriormente tiraría el cuerpo en una zona boscosa y le abrió el estómago para extraerle los intestinos, procedimiento necesario para poder “observar la contaminación” (palabras literales de H. Mullin). El cuerpo de Mary tardó bastante tiempo en ser descubierto, y en un principio se culpó de este asesinato a Edmund Kemper, otro asesino en serie de la zona.
Cuatro días más tarde, se dirigió a una iglesia para confesar sus pecados. En estado de delirio, “comprendió” que el sacerdote era voluntario como víctima propiciatoria para los dioses a los que Herbert entregaba sus crímenes, con lo que empezó a golpear al cura y acabó apuñalándo hasta seis veces. El sacerdote, Henri Tomei, murió desangrado en el mismo confesionario. A pesar de que una persona vió correr a Herbert, su descripción no ayudó a la policía.


En el año 1973, Herrbert determinó dejar las drogas en la creencia de que eran las responsables de sus actos. Entonces decidió matar a Jim Gianera, un compañero del instituto que era quien le vendía los estupefacientes. El día 25 de Enero se dirigió a su casa, pero el narco se había mudado y la casa estaba habitada ahora por Kathy Francis, quien le dio su nueva dirección. Una vez que llegó a la casa actual de Jim, Herbert mató tanto a Jim como a su mujer de varios disparos y luego procedió a apuñalar en varias ocasiones los cuerpos. No contento con esto, volvió a la antigua casa de Jim y allí mató del mismo modo tanto a Kathy como a sus dos hijos, David Hughes de 9 años y Daemon Francis, de sólo 4. El marido de ésta no se encontraba allí, y estos asesinatos (tanto los tres de la casa como el de Jim y su mujer) se consideraron en principio como un ajuste de cuentas relacionado con las drogas.

El 6 de Febrero de 1973, Mullin estaba vagando con su escopeta por un bosque, cosa habitual en él, cuando vio a cuatro jóvenes que estaban por allí. Acto seguido, les dijo que abandonaran el lugar, porque su presencia estaba contaminando la zona. Como no le hicieron caso, empezó a disparar. Este acontecimiento se saldó con la muerte de David Allan Oliker, Robert Michael Spector, Brian Scott Card y Mark John Dreilbelbis, cuyos cuerpos quedaron abandonados allí mismo y no fueron hallados hasta una semana más tarde.


El 13 de Febrero, Herbert iba con su coche cuando de repente vió a un hombre anciano, Fred Pérez, que estaba cortando el césped. Acto seguido, giró el vehículo 180 grados, apoyó el rifle en el reposacabezas y disparó, matando al hombre de 72 años en el acto. Uno de los muchos testigos llamó a la policía dando el número de matrícula, y un Herbet totalmente “dócil” según el informe policial fue apresado unos veinte minutos más tarde.


Una vez en comisaría, confesó sus crímenes y explicó los motivos; dijo que eran para prevenir terremotos y que la razón de que no se hubiese producido uno recientemente era que lisa y llanamente él lo había evitado con los asesinatos.


Finalmente, Herbert fue condenado a cadena perpetua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario